Yo Sólo, lo quiero hacer yo solo!

¡Lo quiero hacer yo sólo! ¿No os resulta familiar esta frase?

cocinaDe la misma manera que nos anuncian cuando son mayores, la etapa en la que quieren experimentar y hacer las cosas ellos solos no pasa desapercibida.

Lo único que quieren es ser independientes y dependerá de los padres que logren una mayor y mejor autonomía en un futuro. Si en esta etapa dejan que practiquen, aprendan y se inicien con la espontaneidad que caracteriza a los niños, a hacer cosas ellos solos, será un trabajo fácil.

Sí es cierto, que el secreto para poder llevar esta etapa lo mejor posible y poder luego ver los resultados será armarnos de paciencia y dejar de lado las prisas o la falta de tiempo, evitando por parte de los padres acabar la tarea que se han propuesto los pequeños, ya que no siempre lo consiguen en el primer intento.

Es evidente, que habrá cosas y tareas que se propongan hacer solos que no puedan realizar por su corta edad. Es hacia los dos años cuando empezaremos a oír ¡lo quiero hacer yo sólo! De esta forma, deberemos darles alternativas a aquello en lo que se quieran aventurar a hacer. Es posible que en ocasiones lo que quieran descubrir y hacer sean cosas peligrosas o prohibidas, pero realmente son las que con más interés quieren hacer, de ahí la importancia de no negarles hacer las cosas, sino más bien ofrecer otras opciones que realmente no resulten un peligro para ellos y fomentemos de la misma forma su autonomía, independencia y autoestima.

De no ser así y negar o impedir que descubran por si solos el mundo que les rodea, observaremos y oiremos a padres de niños más mayores como se quejan de que sus hijos no colaboran con las labores cotidianas del hogar, cuando realmente están en edad para poder hacerlo. Son padres que piensan que con tres, cuatro o cinco años son demasiado pequeños para poder poner su plato en la mesa, llevarlo a lavar o incluso llevar su ropa sucia al cesto para lavar, entre otras cosas. Acciones y tareas que los niños quieren y piden hacer con tan sólo dos años, pero se les niega por su edad.  Entonces, cuando son más mayores pretendemos que hagan aquello que un día dijimos que eso no lo podían hacer porque eran pequeños y pretendemos implantar todo al mismo tiempo, es en ese momento donde se ven abrumados por tantas responsabilidades, obligaciones y normas.

Por ello, gracias a la infinidad de juguetes que existen en el mercado que imitan al mundo del mayor con gran exactitud, podemos iniciar y enseñar a los niños a través del juego como ganar autonomía y ser más independientes. Los juguetes de simulación como el carrito del supermercado para que nos acompañen a la compra, para que después nos puedan preparar un suculento plato en su cocina de madera y finalizar con la elaboración de un menú juntos para toda la semana, son entre otras, propuestas, juegos y juguetes que deberán estar presentes desde que empiezan con su gran frase ¡Yo sólo!

Como todas las etapas, se acaba. De esta forma para evitar que pierdan el interés o dejen de hacerlo, los padres deberán reforzar todo lo aprendido y adquirido, animándolos día a día a que sigan manteniendo esas conductas que pretendemos que se instauren y adquieran otras nuevas.

Verónica Ríos

Pedagoga Col 1304

www.pedagoga-tarragona.com

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