¿Por qué Por qué?

encajeLa etapa en la que los más pequeños nos aturden con los por qué de las cosas, no es tarea  fácil pero tampoco difícil. En ocasiones nos vemos abrumados por preguntas que o bien no sabemos la respuesta o por el contrario son de respuesta tan compleja que ofrecemos un silencio como contestación.

Nacemos y llegamos al mundo como un libro en blanco, un disco duro vacio,  que poco a poco se va llenando de información y de conocimiento. Padres y educadores son los encargados de dar respuesta a esas preguntas, en ocasiones incómodas de contestar, pero de vital importancia de responder. Los niños desconocen el  mundo que les rodea y sus preguntas no es más que desconocimiento del mismo, que para poder entender deberá recibir una respuesta sencilla acorde a su edad.

En ocasiones, sus preguntas van más encaradas a que se les preste atención que a saber la respuesta real, ya que a veces cuando reciben la respuesta vuelve de nuevo el por qué a esa  respuesta. De esta manera confirmamos  que lo único que buscan es que les escuchemos y sentirse que les tenemos en cuenta.

No obstante, todos los padres desean que sus hijos empiecen a hablar y cuando aparece  y emerge por su pequeña boca su primera palabra, inmortalizaríamos ese instante. Pero no se queda en una sola palabra, su vocabulario empieza a crecer para más tarde mantener un diálogo con todas aquellas personas que le rodean. Compramos encajes,puzzles, pizarras y todo tipo de juguetes de madera didácticos y educativos para mostrarles y enseñarles todo lo necesario para poderse comunicar. Empezamos con las letras, para más tarde unirlas y poder formar palabras. Deseamos que se comuniquen con nosotros, que nos expliquen que hicieron en la guardería o el colegio o simplemente que nos puedan expresar que les duele cuando se ponen enfermos. Y entonces, cuando llega ese momento nos sentimos agobiados por tantas preguntas.

Por consiguiente, debemos ser conscientes que es en los primeros años de vida donde se irá formando su carácter y forma de ser, por lo tanto no evitemos dar la respuesta a su curiosidad o decirles que dejen de preguntar, ya que con ello les estaremos transmitiendo que sus preguntas nos incordian y no son importantes para nosotros, con la consecuencia de estar limitando su comunicación, espontaneidad y conocimiento por el mundo que le rodea.

Verónica Ríos

Pedagoga Col 1304

www.pedagoga-tarragona.com

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