¡Lo importante es participar! Esta frase la hemos oído infinidad de veces pero es complicado llevarla a cabo en la vida real. Querer ganar no es una condición única de los niños, a los adultos también nos gusta ganar y resulta difícil perder con alegría. Por tanto nuestro ejemplo va a ser fundamental para transmitirles que las cosas no suceden siempre de la forma que queremos y que no siempre se gana.
Los juguetes en general y los juguetes de madera en particular aparte de ser objetos de entretenimiento y conseguir la diversión en los niños, son idóneos para conseguir que piensen, aprendan, se socialicen y desarrollen valores como compartir, cooperar, e inculcar el respeto hacia los demás y trabajar la superación.
Querer ganar siempre, es algo muy usual en los niños y cuando pierden sus respuestas se traducen con comportamientos inadecuados, es en este momento cuando debemos actuar y corregir estas actitudes negativas para que no supongan un obstáculo en su desarrollo social.
Los juegos de mesa y juegos al aire libre como los bolos, el mikado gigante o el ping-pong, aparte de ser juegos donde fomentaremos la convivencia familiar, representan ocasiones para trabajar la experiencia de ganar o perder. Estos juguetes de madera proporcionan diversión tanto a los niños como a los adultos, poseen normas y reglas, y finalizan con un ganador y un perdedor. Para evitar enfados con el resultado y una posible frustración en el niño cuando pierda, deberemos crear un ambiente relajado antes y durante la partida y nuestra actitud delante del juego será de diversión y no de competitividad, ya que lo importante es poder haber disfrutado juntos de ese momento de pasatiempo.
Y recordemos que el objetivo del juego debe ser divertirse y aprender, más que ganar o perder, cambiemos la frase y digámosles que unas veces se gana y siempre se aprende, ya que lo verdaderamente importante es divertirse independientemente quien gane o pierda.
Verónica Ríos
Pedagoga Col 1304