Experiencia, conocimiento, amor y paciencia, ésta es la poción mágica que los abuelos utilizan y dan a los niños, para que pasen horas y horas con ellos y no se aburran.Antes de empezar, me gustaría dar un gran aplauso a los abuelos, porque ¿Qué haríamos sin ellos?
La sociedad en la que vivimos, hace que pasemos la gran mayoría del día fuera de casa trabajando mientras los niños están en el colegio. Cuando finalizan su horario escolar, ocupamos su tiempo hasta nuestra llegada a casa con actividades extraescolares. Aunque en muchos casos y más ahora, la economía no da para tanto y entonces optamos por nuestro mejor recurso, los abuelos.
Experiencia, conocimiento, amor y paciencia, ésta es la poción mágica que los abuelos utilizan y dan a los niños, para que pasen horas y horas con ellos y no se aburran. En los momentos de juego entre abuelos y niños se unen las ganas de aprender de los niños y la gran sabiduría que los abuelos tienen.
Aprovechando el buen tiempo y el periodo vacacional en el que se encuentran los niños, es el mejor momento para que los abuelos saquen a los niños de casa y dejen de lado las pantallas, para disfrutar de todos aquellos juegos al aire libre.
Antiguamente, los niños se divertían y jugaban en las calles, por ello los abuelos podrán enseñar, recordar y disfrutar con sus nietos a aquellos juegos con los que ellos disfrutaban durante horas. Comprobarán cómo siguen existiendo los juguetes de madera, los juguetes tradicionales, los de toda la vida, como los bolos, las palas e incluso poder disfrutar saltando a la cuerda. Y por qué no, enseñar a sus nietos a montar en bicicleta.
En esta ocasión el juguete a elegir para disfrutar con los nietos no importará, ya que el juego intergeneracional hace que los niños crezcan y compartan con los abuelos momentos maravillosos, porque a los niños lo que les gusta es jugar. Los mayores serán grandes transmisores del pasado, de las tradiciones y aprenderán los grandes valores de la vida.
Pero lo más importante de todo esto, es que cuando los niños crezcan y sean adultos recordaran con gran afecto y nostalgia los momentos de juego que compartieron con sus abuelos.
Verónica Ríos
Pedagoga Col 1304